La Ciudad de México se encontraba sin transeúntes ni tráfico, debido al megapuente que para algunos inició desde el viernes 18. Los rayos del sol apenas se colaban en las calles y en la radio, televisión y redes sociales ya se hablaba de la inauguración del Aeropuerto en el municipio de Zumpango.
En el camino a la entrada del AIFA se observó al menos cinco dispositivos de seguridad por parte de la Guardia Nacional y la Policía Municipal de Ecatepec. Los señalamientos hacia la nueva terminal se podían percibir desde antes de Indios Verdes, de manera que no hubo complicaciones en la ruta. Sin embargo, unos tramos al interior del Aeropuerto no eran reconocidos por la aplicación de Google Maps.
Una vez se llegaba a las inmediaciones de la base militar de Santa Lucía, elementos de la Guardia Nacional recibían a los automóviles para hacer el registro de las placas y los tripulantes a bordo. A partir de ese punto, se tenía que reducir la velocidad a 30 kilómetros por hora como máximo y prestar atención a los señalamientos para llegar a la base terminal.
Después de pasar por una estación de la línea 1 del Mexibús y recorrer un kilómetro, se logró percibir unas letras de casi dos metros de altura de color verde, blanco y rojo que decían “AIFA”, señal de que la terminal aérea estaba más cerca. A lo lejos, también se podía observar la Torre de Control.
El calor amenazaba con aumentar aunque el aire acondicionado de la terminal funcionaba a todo lo que daba –de hecho había un clima no mayor a los 23 grados- y los primeros viajeros, con maletas en una mano y el celular en la otra, aunque la señal era bastante mala, registraban su llegada al Felipe Ángeles. Todos los carros se dirigían al estacionamiento, enfrente de los andenes de entrada y salida, punto donde algunas personas esperaban el arribo de sus familiares.
Alrededor de las 9:00 horas, el interior de la terminal aérea se encontraba casi vacío. Sin embargo, de un momento a otro, familias enteras comenzaron a llegar. Algunos iban con su respectivo equipaje, mientras que otros llegaron con gorras, playeras y banderas de AMLO y la 4T. Eran los “Chairos”.
Asimismo, hubo quienes aprovecharon la ocasión para promocionar la revocación de mandato. A través de un megáfono invitaban a los viajeros a votar para que el presidente de México continúe con sus labores al frente del Ejecutivo. “Den el sí a Obrador”, pronunciaban mientras más pasajeros llegaban a la terminal con un semblante de alegría en su rostro.
Tal fue el caso de Arturo Hernández, quien partió desde Boston, Estados Unidos, para conocer el nuevo complejo aeroportuario. Para esto, tuvo que llegar a Tijuana primero. Después, de la frontera norte viajó a Cuernavaca y de ahí tomó un autobús que le cobró 500 pesos y lo dejó en el AIFA.
Arturo decidió visitar el Aeropuerto Felipe Ángeles por tres razones principalmente: porque el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México estaba saturado y porque la ubicación del AIFA es más cercana a su domicilio en Cuernavaca. Sin embargo, su principal motivo, explicó, fue conocer uno de los proyectos emblema de Andrés Manuel, por lo que quería ser parte de este “momento histórico” al ser uno de los primeros viajeros en visitar el nuevo aeropuerto.
Una de los aspectos que más llamaron la atención en el día de su inauguración fue la presencia de puestos ambulantes en los pasillos de la terminal aérea. A los costados de la zona de espera se instalaron una serie de mesas para que comerciantes vendieran sus productos.
En entrevista para este medio, Rosa Sosa, una mujer originaria de Oaxaca, comentó que desde el sábado 19 de marzo los dejaron instalarse. Sin embargo, no les aseguraron hasta qué día podían permanecer en las inmediaciones del aeropuerto. Por lo que le comentó la licenciada Fabiola (no recuerda su apellido), quien los contactó en un primer momento para que vendieran su mercancía en el AIFA, sería hasta este lunes 21 de marzo el último día para que realizaran sus ventas.
No obstante, Rosa espera que, por lo menos, los dejen terminar la semana. Junto con Félix Ruíz, viajaron desde Tepoztlán, donde tienen su negocio llamado “Artesanías Oaxaqueñas, Raíces Zapotecas”, nombre derivado de su dialecto y lugar de origen. Ambos son oriundos de la comunidad Teotitlán del Valle.
Asimismo, explicó que su horario de trabajo era de 6:00 de la mañana a las 16:00 horas de la tarde. Aunque no tienen contrato ni firmaron ningún documento para su acreditación como vendedores ambulantes, Rosa dijo estar agradecida por esta oportunidad, ya que puede ayudar a crecer su negocio y a que los turistas conozcan las artesanías que se hacen en Oaxaca. Así, Rosa y Félix formaron parte de la docena de puestos ambulantes que estuvieron presentes en la inauguración del AIFA.
Pero no sólo se vendían artesanías y artículos sobre AMLO, pues incluso hubo una señora que se instaló cerca del estacionamiento con un anafre chico para vender tlayudas -tortilla verde dorada untada con frijoles, nopales y salsa- para calmar el hambre de los viajeros. Y no fueron pocos los que se acercaron, pues la fila era de unos 20 metros aproximadamente.
Otra de las personas que viajaron desde Estados Unidos con el único fin de conocer este megaproyecto fue Emiliano Servín. En entrevista relató que tuvo que realizar una travesía desde California y hacer una escala en Guadalajara para llegar a este nuevo aeropuerto, pues además de estar más cercano a su antiguo domicilio en Michoacán, dijo sentir una gran admiración por el presidente de México.
Su viaje lo planeó desde hace 20 días, ya que por lo menos viaja tres veces al año a territorio azteca. Las primeras impresiones que Emiliano se llevó del AIFA fueron positivas. Aseguró que no tuvo ninguna complicación en su camino y las instalaciones le parecieron de “primer mundo”. El oriundo de Michoacán estaba esperando a ver si tenía la oportunidad de ver a AMLO, por el que sentía una gran admiración.
Así como hubo quienes llegaron al aeropuerto en transporte público, en autobuses particulares o en coche, también hubo quienes optaron por otra forma de movilidad. Tal fue el caso de Eduardo Torres, quien, desde Ecatepec, llegó al AIFA por medio de su bicicleta. El hombre de 59 años tuvo que recorrer una distancia de 36 kilómetros desde la cabecera municipal de San Cristóbal hasta la base de Santa Lucía en un trayecto de dos horas.
En entrevista, Eduardo contó que desde que inició la pandemia tomó la decisión de ejercitarse de manera constante. Y así fue como comenzó a realizar recorridos largos en bicicleta. Debido a su experiencia, el señor Torres no tuvo complicaciones para llegar al AIFA. Los señalamientos, aseguró, eran claros y los choferes de autobuses fueron respetuosos con él.
Y es que desde que se dio a conocer el día de la inauguración, Eduardo planeó hacer este viaje. Asimismo, comentó que en un futuro le gustaría viajar a Cancún desde el nuevo aeropuerto. En tanto, hará un recorrido para conocer las otras instalaciones, como el Museo del Mamut.
En el viaje de regreso, la mayoría de las personas -que no llevaban equipaje- optaron por tomar el Mexibús (pues el Tren Suburbano todavía no se encontraba operando), mientras que aquellos que sí viajaron decidieron contratar taxis particulares del aeropuerto; o bien, familiares fueron por ellos. El tiempo promedio para llegar de la terminal del AIFA a la base de Ojo de Agua en Mexibús es de una hora aproximadamente. Y, como era el día inaugural, no tenía ningún costo su acceso.
Minutos antes de su inauguración, desde el Aeropuerto Felipe Ángeles, con una postura “orgullosa”, AMLO dio respuesta a los comentarios que ha publicado en redes sociales el Influencer, Chumel Torres.
De manera inmediata afirmó que Chumel se había referido de manera despectiva al puerto como “central avionera”. Posteriormente dijo que los invitados a la inauguración y todos los mexicanos podrán constatar si verdaderamente el AIFA es lo que el youtuber dijo.
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