octubre 15, 2024

Periodistas Sin Censura

La Otra Cara de la Noticia

El Negro Pasado de Gustavo Adolfo Infante Morales

 
 
*Sus ex vecinos aseguran que desde muy joven ya tenía “malas mañas”
 
 
 
 
 
*Les robaba el dinero a los clientes que acudían a hacerse limpias con su mamá, Elvia Inés
 
 
 
 
*El alcoholismo lo heredó de su padre, Juan Infante, quien murió a causa de cirrosis hepática y pancreatitis
 
 
 
 
 
 
Redacción/El Cotilleo
 
 
 
 
 
 
Nació en la pobreza, en un ambiente hostil, lleno de alcohol, violencia y malas mañas, el 14 de abril 1965, en una vecindad, la cual estaba ubicada en la calle Mar Mediterráneo # 13, colonia Tacuba, alcaldía Miguel Hidalgo.
Es hijo de Juan Infante, un hombre que se dedicó a ejercer el oficio de publicista –mas no de periodista- y de Elvia Inés Morales, una mujer que siempre se dedicó a ser ama de casa toda vez que únicamente estudió la escuela primaria. Además tiene una hermana llamada Guadalupe que tiene una discapacidad física y es tres años mayor que él.
 
 
 
Desde pequeño, Gustavo Adolfo Infante Morales –su verdadero nombre-  estuvo lleno de carencias toda vez que el salario poco constante que percibía su padre no alcanzaba para llevar una vida decorosa, aunado a que padecía de un fuerte alcoholismo que le provocó cirrosis en el hígado y cáncer de páncreas, que con los años lo condujo a la muerte.
 
 
 
                                                                         
Fue entonces que a los 19 años, Gustavo Adolfo se quedó únicamente con su mamá y su hermana en aquel cuartucho de vecindad, donde vivían prácticamente en franco hacinamiento a pesar de que el señor Juan Infante ya no ocupaba un espacio físico. No le quedó otra mas que ver la forma de llevar dinero a su casa.
 
 
 
 
 
 
Y fue entonces que junto con su madre Elvia Inés, decidió poner un local para hacer limpias y amarres, muy cerca de donde vivían. De acuerdo con ex vecinos del actual presentador de Grupo Imagen, Gustavo Adolfo era el encargado de recibir a los clientes, pasarlos a un cuarto pequeño para que se despojaran de sus ropas y se pusieran una bata blanca a fin de facilitar los trabajos de “limpieza espiritual”. Les cobraba 50 pesos por adelantado.
 
 
 
                                                       
 
De acuerdo con el testimonio de los informantes –varios de ellos aseguran que acudieron a ese establecimiento- una vez que estaban ataviados adecuadamente, el joven Gustavo o “El Enano de Circo” –como le decían- los pasaba a un cuarto donde se encontraba la señora Elvia Inés, vestida con una túnica blanca y con diversos collares. La mujer les ofrecía un cigarro de marihuana y posteriormente les decía que masticaran un poco de peyote para que pudieran abrir su mente, su corazón y dejaran libre su espíritu.
 
 
 
 
Luego, los comenzaba a “limpiar” con un sahumerio al tiempo que pronunciaba diversas oraciones y prendía varias veladoras de colores, pero mientras esto ocurría, Gustavo Adolfo Infante Morales de manera sigilosa se salía del lugar para dirigirse a la pequeña recámara donde los incautos habían dejado sus pertenencias, les esculcaba, les sacaba la cartera y les quitaba todo el dinero que traían.
 
 
 
 
 
Los informantes señalan que jamás tuvieron reclamos debido a que posteriormente los clientes no se acordaban ni cuánto dinero traían en sus carteras o qué era lo que había sucedido y es más, tampoco recordaban si habían pagado la consulta, en la que –según ellos- siempre había “un final feliz”.
 
 
 
 
 
 
De hecho, también cuentan que la señora Elvia Inés, quien actualmente cuenta con 85 años de edad, también se dedicaba a realizar trabajos de magia negra y ponía a su hija Guadalupe Infante –que padece de una discapacidad física- , quien en ese tiempo contaba con aproximadamente 22 años de edad, a realizar limpias con huevos de gallina negra.
 
 
 
                                                                           
 
 
 
Curiosamente esta misma versión es la que ha dado el actor Alfredo Adame, quien ante medios de comunicación asegura que tiene todas las pruebas de sus dichos y que sus fuentes son altamente confiables, porque se trata de personas que conocen perfectamente a Gustavo Adolfo Infante,
 
 
 
                                                       
Todo el ambiente en que vivió y el alcoholismo que heredó de su padre, propició que “el periodista de las exclusivas” también se sumergiera en ese vicio, se hiciera adicto a la cocaína, se vistiera de mujer, viviera aventuras sexuales con hombres y mujeres muy jóvenes, a varios de ellos “los padroteo”  y de ahí fue como comenzó a obtener ingresos extras para su familia y pagarse sus estudios en la Escuela de Periodismo “Carlos Septién García”, los cuales no concluyó satisfactoriamente toda vez que jamás obtuvo su título ni tampoco la cédula profesional. 
 
 
 
 
 
Esto último se ha comprobado en el Registro Nacional de Profesionistas, donde no aparece como Gustavo Adolfo Infante Seañez –el nombre que utiliza como marca registrada y con el que se ha dedicado a evadir al fisco durante más de 20 años- ni tampoco con su nombre real Gustavo Adolfo Infante Morales.
 
 
 
 
 
A Gustavo Adolfo Infante Morales, hijo de una presunta “bruja negra”, le ha tocado en últimas fechas estar dentro del ojo del huracán, pues más de 20 artistas piden insistentemente su cabeza ante los directivos de Grupo Imagen, toda vez que consideran, se ha dedicado a lastimarlos, difamarlos y amenazarlos. 
 
 
 
 
 
 
Aunado a que también es señalado como un presunto violador, degenerado, bisexual, extorsionador y asesino, en por lo menos 21 denuncias penales que obran en los archivos de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México y que no han procedido porque “compró” el silencio de las víctimas. 
 
 
 
                                                   
 
 
Con el tiempo, su perversión sexual lo llevó a participar en orgías que se efectuaban en hoteles de lujo, ubicados en la zona rosa de la Ciudad de México, lo cual ha quedado plasmado en diversos medios de comunicación y dicho por gente que fue testigo de ello, entre quienes se encuentra la mujer transexual Himmel, conocida como “La Diva de las Redes Sociales”.
Sin duda, a Gustavo Adolfo Infante no le interesa vivir sumido en el desprestigio ni mucho menos el daño que esto le ocasiona a su esposa Verónica Cuevas así como a sus hijos, Valeria y Gustavo.
                                                       

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