El exalcalde del municipio de Iguala, en el estado de Guerrero, José Luis Abarca Velázquez, fue sentenciado este miércoles a 92 años de prisión por ser responsable de secuestrar a seis integrantes del Movimiento Campesino Unidad Popular, y al mismo tiempo fue exonerado por el ilícito de delincuencia organizada, pues la Fiscalía General de la República (FGR) no logró probar que el expresidente municipal estaba relacionado con el grupo delictivo Guerreros Unidos.
En septiembre de 2022, Abarca –quien hasta hace unas semanas se encargaba de financiar la campaña de la candidata al gobierno del Estado de México, Delfina Gómez Álvarez-, ya había sido absuelto por el secuestro de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, que permanecen desaparecidos desde 2014.
De acuerdo con el expediente de este caso, José Luis Abarca, quien inicialmente fue acusado de ordenar la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, es el autor intelectual del secuestro de seis hombres, activistas del Movimiento Campesino Unidad Popular.
Las víctimas son Arturo Hernández Cardona, Ángel Román Ramírez, Rafael Balderas Román, Héctor Arroyo Delgado, Efraín Amates Luna y Nicolás Mendoza Villa, quienes fueron privados de su libertad en hechos ocurridos en mayo de 2013, en el municipio de Iguala, Guerrero.
Delfina y Yeidckol fueron responsables, de manera directa, de planchar la candidatura de Abarca Velázquez y su trabajo lo desempeñaron a la perfección.
Y una vez que las mujeres operaron todo lo necesario, llegó a Iguala el entonces jefe supremo del PRD, Andrés Manuel López Obrador, para encabezar la asamblea popular en la que —a mano alzada—, fue impuesto Abarca, en medio de gritos y expresiones de rechazo que Obrador trató de calmar con su “autoridad moral”. Era el 12 de mayo de 2012.
Y es que, en esa fecha, muchos habitantes de Iguala no solo sabían y conocían la historia delictiva de Los Abarca, sino que habían padecido los secuestros, la extorsión y todos los efectos de la violencia que impuso la mafia de los Guerreros Unidos en esa región de Guerrero.
Por eso, en la asamblea en la que AMLO –cuando era líder máximo del PRD-, impuso a José Luis Abarca, muchos exhibieron pancartas de rechazo, con la advertencia de que era un grave error. El candidato desplazado incluso trató de entregar a AMLO un expediente de Los Abarca.
Lo curioso es que en medio de un pueblo que conocía a la perfección los estragos del crimen organizado y a los protagonistas de esa violencia, Yeidckol y Delfina no le informaron a López Obrador nada de ese malestar ciudadano. Y es que probablemente ya habían creado algún nexo económico con el narco en esa región.
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