“Estaba escondido en la sierra y no bajaba”, señaló Michael Vigil, ex jefe de la DEA
Fuentes de inteligencia naval confirmaron la tarde de este viernes que a nueve años de haber sido liberado y permanecer prófugo, se recapturó a Rafael Caro Quintero, conocido como “El Narco de Narcos” y fundador del Cártel de Guadalajara en la década de los ochenta, hoy Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), quien era buscado por la justicia de México y Estados Unidos. Incluso para no ser reconocido, se pintó el cabello de color negro.
Incluso, la justicia estadunidense ofreció una recompensa de USD 20 millones por información que llevara a su captura, lo que constituyó la recompensa más alta que se haya interpuesto por un fugitivo. Hasta hace unas horas, era considerado uno de los 10 hombres más buscados en el mundo por el FBI.
Cabe mencionar que Caro Quintero, de 69 años de edad, estaría detrás de la violencia que se ha generado en los últimos meses en el estado Sonora, sobre todo con el llamado Cártel de Caborca, que disputa el control de la zona con el Cártel de Sinaloa.
Especialistas indican que se trata de la detención más importante del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, por arriba de la José Antonio Yépez Ortiz, alias “El Marro”, líder del poderoso Cártel Santa Rosa de Lima, quien fue capturado en octubre de 2021 en Guanajuato.
Por lo anterior, fue detenido por primera vez en Costa Rica en abril de 1985. Tras ser extraditado a México, fue juzgado y condenado.
Pero un Tribunal Colegiado de Guadalajara justificó dejarlo fuera de la cárcel en agosto de 2013, cuando apenas cumplía 28 años de 40 que debía pagar. En el caso del capo no se alegaba su culpabilidad, sino qué tribunal debía juzgarlo, si uno del fuero federal o uno local; en su amparo fue favorecido porque debió ser procesado a nivel estatal.
Las autoridades judiciales dictaminaron que la ejecución del ex agente, como funcionario del gobierno de EEUU, representaba un delito del fuero federal, por lo que había sido procesado en el tribunal correcto. Pero ya desde entonces el “Narco de Narcos” se mantenía oculto en los dominios del Cártel de Sinaloa, de su antiguo amigo y sicario Joaquín El Chapo Guzmán Loera, centrando su actividad en el Triángulo Dorado ubicado entre Sonora, Chihuahua y Durango, y se habría aliado con los Beltrán Leyva, enemigos acérrimos del cartel de Sinaloa.
En la lista de la DEA le siguen Ismael “El Mayo” Zambada, uno de los líderes del Cártel de Sinaloa, por quien ofrecen 15 millones de dólares; Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho”, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) con presencia en más de 20 estados de la República mexicana, incluida la Ciudad de México. Por este capo la Agencia Antidrogas de Estados Unidos ofrece 10 millones de dólares.
Traicionó a “El Chapo”
Caro Quintero formó en 2018 el Cártel de Caborca y desde ahí declaró la guerra contra el Cártel de Sinaloa y los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, herederos de la organización delictiva junto a Ismael “El Mayo” Zambada, quienes le habrían prohibido volver “al negocio”.
El viejo líder criminal, llamado el “Narco de narcos” trató así de retomar su papel como un importante capo y comenzó la batalla por el control de Sonora frente a “Los Salazar”, brazo armado en esa entidad del Cártel de Sinaloa.
Reportes indican que Rafel Caro Quintero, una vez liberado, llegó a tener reuniones con Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien de forma “amistosa” le recomendó no tratar de volver, porque el liderazgo ya no le correspondía, mientras que “El Mayo” Zambada le ofreció protección en un pueblo serrano alejado para vivir tranquilamente el retiro.
Ese día, Caro abordó una camioneta oscura y desapareció. Aunque pronto ofreció una entrevista y mandó a decir que “quería vivir en paz”, el “Narco de narcos” se dedicó durante muchos meses a recomponer su grupo criminal y tratar de quitar del camino a sus oponentes.
Ese hombre, ese enemigo que ahora se ostentaba como el máximo señor del narco, era su antiguo subordinado, Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, jefe del Cártel de Sinaloa. Quien además se convirtió en el dueño del Triángulo Dorado, el área comprendida por los estados de Sinaloa, Chihuaha y Durango.
Se cree que tras recuperar su libertad en 2013, Caro Quintero mantuvo reuniones secretas con otros importantes “colegas” en las que participó incluso Joaquín Guzmán Loera, su principal obstáculo.
Sin embargo, el “Narco de Narcos” no se mantuvo inactivo como le exigieron. Al contrario, usó su amplia experiencia para convocar múltiples juntas para “volver” al negocio. En ese período, Caro Quintero supo agrupar en una misma empresa a integrantes de Los Zetas, del Cártel de los Beltrán Leyva y del Cártel de Jalisco Nueva Generación.
Con su experiencia, el viejo capo consiguió reunir a estas bandas bajo un plan común: recuperar el control del Triángulo Dorado, el territorio en manos de “El Chapo”.
Quintero creía tener derecho de antigüedad por lo que vio innecesario sentarse a negociar con el Cártel de Sinaloa. Y lo hizo a su modo: en 2017 convocó a una reunión con sus sobrinos Juan Pablo y Said Emilio Quintero Navidad; y Jesús Salas Aguayo, el Chuyín, operador de La Línea. Con ellos echó a andar el Cártel de Caborca y su brazo armado La Barredora 24/7.
Al volver al negocio, Rafael Caro Quintero se encargó de hostigar a sus enemigos ,”El Chapo” y “El Mayo” en su propio territorio, por lo que Joaquín Guzmán Loera tuvo que enfrentar dos frentes: por un lado a las fuerzas federales y por el otro a las células del “narco de narcos” que se atrevieron a atacarlo en BAdiraguato.
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