mayo 1, 2024

Periodistas Sin Censura

La Otra Cara de la Noticia

CARMEN ARISTEGUI, PROTAGONISTA Y ESCANDALOSA

* con esa voz insidiosa y, a veces, sobradamente soberbia e inquisidora, esta más para la cámara, los reflectores y los premios periodísticos, más
De la redacción y agencias
Su fama periodística tiene dos vertientes: el periodismo de foro y escritorio y el escándalo mediático. De este último, circunstancial o no, aprendió a obtener y desechar. Lo mismo empresas donde laboró o labora (IMEVISION, Canal 13, Televisa, Canal 11, MVS, Imagen, XEW Radio, Noticias 52MX, CNN, Reforma) o compañeros de trabajo (Javier Solórzano) o equipos de reporteros a su mando (Daniel Lizarraga  Irving Huerta, Sebastián Barragán o Rafael Cabrera).
Su curricula no fue de perseguir la nota en la calle en un carro destartalado, comiendo media torta -porque la otra era para el compañero- o un par de tacos en el puesto de la esquina; tampoco, sudar con los olores del ajetreo urbano o recibir los portazos en la cara de los que ocultan la información o camuflarse para infiltrarse en los espacios donde está la noticia oculta.
No, Aristegui, con esa voz insidiosa y, a veces, sobradamente soberbia e inquisidora, esta más para la cámara, los reflectores y los premios periodísticos.
Cuando el equipo de Daniel Lizarraga investiga y da a conocer el escándalo de “La Casa de Peña Nieto” en Aristegui Noticias, Carmen Aristegui va a recibir el Premio Gabo 2015 de la Fundación del escritor Gabriel García Márquez a la mejor cobertura informativa. Es tan esclarecedor ver en ese evento a una Aristegui presumiendo una investigación cuyos mayores esfuerzos periodísticos fueron pagarle a otros la realización de esa investigación y no tener la humildad de resaltar que ella solo dirigió dicha investigación.
Eso sí, tiene un gran mérito. Ser una buena empresaria de comunicación. Crear un concepto: Aristegui Noticias (ese concepto ególatra, donde los egos se hacen marca: Julio Astillero, López-Dóriga, Adela Micha, etc.) y un estilo: el escándalo mediático que posiciona la marca y genera seguidores (por mencionar, cuando su rompimiento con Pedro Ferriz de Con, su terminación contractual con W Radio, su despido de MVS Radio).
Circunstancial o no, Aristegui a aprendido que de los escándalos sale favorecida, fortalecida y con mayor rating.
Hoy, nuevamente, el escándalo la persigue y, nuevamente también, con la investigación que lleva su sello pero no su autoría: “Sembrando Vida y la Fábrica de Chocolate” de los periodistas Tania Gómez y Sergio Rincón. Una investigación donde se hacen acusaciones contra el presidente Andrés Manuel López Obrador y, particularmente, contra sus hijos, cuestionando uno de sus programas sociales más significativos: Sembrando vida”. Una investigación que deduce, cree, presupone, pero no fundamenta ni argumenta.
En la entrevista que Julio Astillero tiene con los autores de la investigación, estos reconocen que no tienen pruebas tajantes sino solo “INFERENCIAS DE DATOS” sobre las acusaciones que se señalan en “Sembrando Vida y la Fábrica de Chocolate”.
¿Es Carmen Aristegui una idiota? ¿Realmente no tiene la experiencia periodística para haber detectado que esa investigación carecía de la suficiente fortaleza para haberse dado a conocer?
O, de acuerdo a su experiencia, los escándalos capitalizan.
Muchos se indignaron cuando MVS Radio despidió a la periodista al cuestionar sobre la posibilidad de que el entonces presidente Felipe Calderón tuviera problemas de alcoholismo. Quizá a propósito, quizá sin proponérselo, Aristegui identificó lo que había provocado: ELLA ERA LA NOTICIA y su nombre se había elevado hasta las nubes. Local e internacionalmente su nombre era mencionado. Quizás a propósito, quizá sin proponérselo. Su rating, con o sin espacio informativo, estaba ganado.
Hoy, con la nota “Sembrando Vida y la Fábrica de Chocolate”, comentada por un molesto presidente Andrés Manuel López Obrador, vuelve EL ESCÁNDALO, LOS REFLECTORES, LA ATENCIÓN PUESTA EN ARISTEGUI NOTICIAS, la periodista como NOTICIA, también un subidón del rating en su espacio informativo; donde, por cierto, compite en el mismo horario  con “La mañanera” presidencial.
La investigación perdió tal credibilidad que Proceso en línea la desapareció de su portal el mismo día. ¡Ah, Proceso!, otro tema para hablar de la degradación periodística, pero otra vez será.
La Aristegui, bravucona, pidió al presidente que confirmará si sus hijos eran o no eran culpables.
¿Bob Woodward y Carl Bernstein fueron a preguntar a Richard Nixon sí estaba involucrado en el “Watergate” o hicieron periodismo de investigación?
¿Lidia Cacho fue a pedir a los pederastas que declararan su culpabilidad?
¿Anabel Hernández pidió a los panistas que hicieran públicos sus actos de corrupción?
Carmen Aristegui hace un tipo de periodismo Aristegui: el escándalo como forma de ganar rating. Su olfato no es periodístico, es empresarial, vendedora de si misma. Eso es.
Por cierto, triste final tendrán Tania Gómez y Sergio Rincón, autores de “Sembrando Vida y la Fábrica de Chocolate”, son tan DESECHABLES, como los desechos que ha dejado Aristegui en su vida EMPRESARIAL PERIODÍSTICA.
Por último, para los morbosos, sigan a Aristegui Noticias, confirmaran que la titular de ese espacio empresarial de comunicación capitalizara su exitoso escándalo por los siguientes días.
Así es ella, siempre fue así.

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